El Perro, el sello 10 de 20, nos coloca a mitad del camino iniciático que representan los 20 sellos para recordarnos que el corazón es el centro y por lo tanto pensar, hablar y actuar desde este espacio siempre nos conducirá a un estado equilibrado. Es un sello que invita a revisar asuntos relacionados con la "manada", con la familia de sangre pero sobre todo con la familia energética, las relaciones que elegimos y para qué nos escogemos unos a otros, porque nos enseña sobre ser leales a nuestra manada y a entregarnos en ella desde el corazón, a bajar nuestras defensas porque ahí estamos seguros, en vez de colaborar con la rabia y la agresividad del perro, mejor participar en esta (o varias) manadas desde la alegría de compartir, el amor de unos a otros, etc. Entonces, podemos revisar estos grupos o relaciones donde en verdad podemos ser auténticos y en los que desarrollamos nuestro potencial a la vez que enaltecemos a los demás miembros. Perro es una invitación a dejar de participar en relaciones nocivas y co-dependientes, dejarlas ir desde el amor más puro hacia nosotros mismos.
También es el momento de revisar nuestro catálogo de lealtades, ¿A qué somos leales?, o primero debería preguntar, ¿Soy leal a mí mismx?, a mis sueños, a mis necesidades, a mi voz interior, a la divinidad como la concibo, etcétera. Porque a veces, participando en una manada o en una familia, confundimos la lealtad por el grupo con la nuestra personal, y deberíamos estar nosotros mismos antes, lo cual nos facilitaría participar en tal o cual tribu, dicha participación se vuelve más poderosa y productiva si reconozco mis propias necesidades.
El corazón. Tan acostumbrados a pensar y no a sentir, esta OE nos va a arrojar al mundo de las sensaciones y los sentimientos, todo lo que experimentamos tiene la cualidad de llevarnos a sentir, de conectarnos con una emoción. Se trata un poco de permitir el sentir y otro poco de dejarlo ir también. Si permanece la enseñanza de la OE anterior, movimiento y fluir, así que lleguen y se vayan las emociones y las sensaciones, pero permitirnos sentir mientras eso es lo que toca. Sentir es lo que empodera al corazón, está hecho para ello.
Comenzamos esta OE en la última semana de la luna rítmica del lagarto, de la organización. Dejar que el corazón organice y ordene, aunque a veces la mente no parezca encontrar solución, el viaje de estos trece días desde el Perro hasta el Viento, es la prueba de que el atender la voz del corazón nos ordena, nos inspira, nos eleva.
Estamos también en vísperas de la luna llena de Cáncer, que ya se deja sentir, lo mismo, la manada. Es importante revisar que como comunidad, podemos crecer y formar grandes equipos y entonces jugar a lo grande por nuestros sueños personales, los cuales pueden hacerse realidad dentro de la colectividad y quien sabe, inspirar y ayudar a los demás. Tenemos un deber con nuestro propio corazón y con nuestras manadas. Como siempre, la sincronía del Tzolkin con los astros, a tope.
El Perro nos abre la puerta para atraer el amor, irradiar energía desde el corazón, unificar nuestra lealtad hacia nosotros mismos e impregnar nuestro propósito de todo el año con la fuerza del amor (Perro magnético blanco, 3 ene 2015). Es un día para abrirnos y compartirnos, entregarnos a los demás, dejar de lado aquéllas creencias limitantes relativas al amor y a cerrarnos porque nos han lastimado, permitirnos ser vulnerables porque así somos, porque todos lo somos pero esa vulnerabilidad en realidad es puro potencial para sentir y crecer. Y ese es precisamente el desafío en esta OE (Mono lunar azul, 4 ene), revisar donde sí me decido a poner el corazón y dónde lo condiciono. Queremos participar en la manada, en la realidad colectiva jugando y compartiendo desde el corazón y no desde el ego, si me relaciono desde el ego no puede desplegarse la magia, no puedo abrirme a recibir lo que los demás ofrecen y no puedo sentir. Mejor reírnos de nosotros mismos al reconocer que tenemos miedos y ahí vamos aplicando mecanismos extraños que resultan más bien autolimitantes, son las reglas que le ponemos al juego, se vale, todos lo hacemos, pero siempre las podemos ajustar para sí sentir, para sí compartir y sí abrir el corazón.
Activamos el servicio a este poder del corazón (Humano eléctrico amarillo, 5 ene) vinculándonos libremente con aquellas personas de quienes recibimos influencias auténticas y de corazón e influyendo a los demás desde la sabiduría del amor. Entonces la participación en esta manada galáctica se vuelve real y sobre todo, útil. Sirve revisar a quiénes dejamos entrar en nuestro corazón, y apreciar el lugar que ocupamos en el de las personas. Para definir y dar forma a estas acciones hay que vigilar esos espacios en los que solemos movernos (Caminante del cielo auto-existente rojo, 6 ene), ver en dónde nos sentimos cómodos y en dónde preferimos no meternos, explorar qué nos hace sentir un amor elevado, superior, y agarrarnos de ahí, de la conexión con lo sagrado.
Nos va a centrar y dar poder, ubicarnos en el presente y preguntarnos qué sentimos (Mago entonado blanco, 7 ene). Ser receptivos a las señales del corazón y conectar con lo que el presente nos va reportando y aportando, de ahí podemos tomar toda la energía que necesitamos para alinearnos al amor, encantado todo nuestro entorno de amor, y es aquí donde entra la mente, no se descarta del todo sino que nos puede ayudar para organizarnos (Águila rítmica azul, 8 ene), debe igualarse la energía de la mente con la del corazón y entonces nuestra visión se expande, encontramos así un equilibrio.
Queremos que nos inspire una inteligencia superior (Guerrero resonante amarillo, 9 ene), y hay que ser intrépidos para aceptar y entrarle a esas conexiones elevadas que sólo por medio del amor se pueden establecer. Nuevamente, un día para cuestionar donde o con quienes es que solemos aplicar condiciones para entregar amor.
El Perro nos abre la puerta para atraer el amor, irradiar energía desde el corazón, unificar nuestra lealtad hacia nosotros mismos e impregnar nuestro propósito de todo el año con la fuerza del amor (Perro magnético blanco, 3 ene 2015). Es un día para abrirnos y compartirnos, entregarnos a los demás, dejar de lado aquéllas creencias limitantes relativas al amor y a cerrarnos porque nos han lastimado, permitirnos ser vulnerables porque así somos, porque todos lo somos pero esa vulnerabilidad en realidad es puro potencial para sentir y crecer. Y ese es precisamente el desafío en esta OE (Mono lunar azul, 4 ene), revisar donde sí me decido a poner el corazón y dónde lo condiciono. Queremos participar en la manada, en la realidad colectiva jugando y compartiendo desde el corazón y no desde el ego, si me relaciono desde el ego no puede desplegarse la magia, no puedo abrirme a recibir lo que los demás ofrecen y no puedo sentir. Mejor reírnos de nosotros mismos al reconocer que tenemos miedos y ahí vamos aplicando mecanismos extraños que resultan más bien autolimitantes, son las reglas que le ponemos al juego, se vale, todos lo hacemos, pero siempre las podemos ajustar para sí sentir, para sí compartir y sí abrir el corazón.
Activamos el servicio a este poder del corazón (Humano eléctrico amarillo, 5 ene) vinculándonos libremente con aquellas personas de quienes recibimos influencias auténticas y de corazón e influyendo a los demás desde la sabiduría del amor. Entonces la participación en esta manada galáctica se vuelve real y sobre todo, útil. Sirve revisar a quiénes dejamos entrar en nuestro corazón, y apreciar el lugar que ocupamos en el de las personas. Para definir y dar forma a estas acciones hay que vigilar esos espacios en los que solemos movernos (Caminante del cielo auto-existente rojo, 6 ene), ver en dónde nos sentimos cómodos y en dónde preferimos no meternos, explorar qué nos hace sentir un amor elevado, superior, y agarrarnos de ahí, de la conexión con lo sagrado.
Nos va a centrar y dar poder, ubicarnos en el presente y preguntarnos qué sentimos (Mago entonado blanco, 7 ene). Ser receptivos a las señales del corazón y conectar con lo que el presente nos va reportando y aportando, de ahí podemos tomar toda la energía que necesitamos para alinearnos al amor, encantado todo nuestro entorno de amor, y es aquí donde entra la mente, no se descarta del todo sino que nos puede ayudar para organizarnos (Águila rítmica azul, 8 ene), debe igualarse la energía de la mente con la del corazón y entonces nuestra visión se expande, encontramos así un equilibrio.
Queremos que nos inspire una inteligencia superior (Guerrero resonante amarillo, 9 ene), y hay que ser intrépidos para aceptar y entrarle a esas conexiones elevadas que sólo por medio del amor se pueden establecer. Nuevamente, un día para cuestionar donde o con quienes es que solemos aplicar condiciones para entregar amor.
Vivir desde el corazón nos sincroniza (Tierra galáctica roja, 10 ene). Integra cada experiencia del día desde el corazón, ello te llevará a abrazar más fácilmente cada situación y cada persona. Justo lo que este planeta necesita es nuestra compasión, y la verdad es que siempre podemos practicarla, como una forma de amor elevado, como una forma de lealtad, abrazar ese reflejo que nos muestran los demás nos coloca en un orden superior, divino (Espejo solar blanco, 11 ene), si permitimos el amor damos entrada a todo lo que el cosmos tiene para nosotros. Y lo reconocemos a través del contacto con los demás. Deja que el Espejo te muestre tus relaciones tal y como son, y sin cambiar nada, acepta y abraza.
Buena dosis de energía se manifiesta al vibrar o intentar permanecer en el corazón (Tormenta planetaria azul, 12 ene). En este punto de la OE no hace falta accionar o hacer nada, sino apreciar la perfección del momento, de la emocion, de todo lo que hemos generado. Si acaso permito que mi corazón se regenere de sus heridas y las dejo ir, tomando lo bueno, quedándome con la parte luminosa (Sol espectral amarillo, 13 ene). Dejar que se libere nuestra parte de luz, nuestro fueguito interior, para relacionarnos con los demás tal y como somos, sin máscaras ni separación. Suena difícil porque estamos acostumbrados a cuidarnos de los otros, pero en realidad es nuestro estado natural. Imagina participar en cada manada con toda la confianza para abrazar a cada ser sin necesidad de juzgar o etiquetar.
Entonces nos vamos a volver muy nutritivxs (Dragón cristal rojo, 14 ene). Sin duda abrir mi corazón será alimentó para mi mismx y es la mejor manera de participar en una comunidad, de entregarme a la manada. Dar nacimiento a nuevas formas de relacionarnos unos con otros, simplemente reconociendo que cada quien tiene algo que aportar y es perfecto.
Esta OE nos pide comunicar lo que sentimos para poder trascenderlo (Viento cósmico blanco, 15 ene). Y con ello que perdure la comunicación del corazón, el uso de vocabulario que exprese nuestro estado amoroso y también que conecte a los demás con algo más elevado. Que nuestras palabras sirvan para dejar hablar al espíritu y al gran maestro interior. Que nuestra respiración nos regrese siempre al centro y nos ayude a sentir el ritmo siempre presente de los latidos del corazón. Que este viaje esté lleno de experiencias para abrirnos al amor, propio y ajeno, que al final y al principio, son el mismo.
Excelente viaje por el camino del corazón, que no olvidemos que esta guía es infalible, que nos lleva a conectarnos entre nosotros para generar el cambio que todos necesitamos.
In Laak'ech
Maga Monique
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