El tiempo natural es cíclico. El tiempo es la atmósfera de la mente. La calidad de tu tiempo será la calidad de tu mente. El calendario maya es un sincronizador para alinear nuestra mente y nuestro tiempo desordenados, al tiempo natural, al tiempo del cosmos, de la vida, de la Divinidad. O dicho sea de otra forma, al no-tiempo.

6 de diciembre de 2013

Tierra espectral roja

Tomarse un tiempo para aterrizar, para bajar de la mente al cuerpo, volver a casa o permanecer en ella, acciones que hoy nos resultan liberadoras. La Tierra es el sello que, al igual que la Luna, nos invitan a estar siempre en movimiento, a no detenernos y mucho menos retroceder; en combinación con el tomo 11 espectral de la liberación, la Tierra dice que liberemos hacia el planeta, hacia la gran madre, todo aquello que necesitamos descargar. La gran capacidad de transmutación de la Tierra y el infinito amor por sus hijos, permiten que a través del contacto con ella, la alquimia se haga posible. 

Ayer, día Guerrero 10, cuestionamos nuestros obstáculos, hoy, nos liberamos de ellos. Abrimos la puerta a la sincronía, porque sin obstáculos, la vida fluye y se acomoda por sí sola. Se trata de dejar de estorbarse a uno mismo, de dejar que la natural evolución siga su curso. Detectar y cuestionar los obstáculos se vuelve importante para poder liberarlos, y generalmente esas trabas suelen estar relacionadas con la mente, son patrones de pensamiento, creencias, ideas fijas. Así que hoy es un buen día para descargar la mente y rendirnos a la sincronía, a ese no saber pero sí sentir, que lo que viene, es lo mejor. 

Día para entrar en contacto con la naturaleza, agradecer el lugar en el que nacimos y vivimos, devolver a la Tierra el abrazo constante y seguro que ella nos da. 

Es un día Dali, para "dar en el blanco", comienza la semana amarilla de maduración de la luna 5 entonada del "esplendor"; así que maduramos nuestro propio esplendor, conociendo y sanando, como ha indicado esta Onda encantada; ese esplendor, la realización de nuestra personalidad y también la del alma, requieren que dejemos que la Tierra se encargue de disolver todo aquello que no necesitamos: liberamos la sincronía oculta, contenida en cada quien. 

In Laakech 
Monique

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