TODOS santos

Estos días tenemos que romper dietas, desvelarnos, ir al panteón, prender veladoras y recordar a los difuntos... creamos o no, hacemos algo de esto.
Hoy, Viento espectral blanco, el kin de la liberacion de la comunicación y el aliento divino, por eso me comunico.
Todos santos. Día de muertos. Fieles difuntos... Llámese como se llame, esta festividad celebrada alrededor del mundo (porque no es sólo en México, no nos sintamos super importantes...) nos trae a colación principalmente la idea de la muerte. Y a partir de ahí podríamos hacer eventos, cursos, escribir libros, blogs, artículos, o alguna página de facebook para hacerse fan, sin embargo yo creo que lo importante es Sentir. Sentir a la muerte, no como algo que seguro llegará, porque, seguro llegará, sino en todas sus facetas, sobre todo la simbólica: las cosas mueren todo el tiempo, personas, relaciones, días, proyectos, momentos... Observar y sentir a la muerte como parte del ciclo hermoso que es la vida. Esto por un lado, saber que tenemos el espacio dentro del año en el que damos vuelta al Sol en esta nave que es la Tierra, para contactar con la muerte.
El amarillo del cempaxóchitl, la trascendencia del ego para reconocer que no estamos solos, que no podemos solos, que lo verdadero es la unidad; el morado del moco de pavo o mano de león para comprender que la llama violeta, la luz más allá de nuestra comprensión es el camino. El amor sutil, simple y cotidiano.
Por otro lado, está el contacto (también simbólico) con nuestros muertos. Yo ponía mi altar, por si algún alma pasaba por estos rumbos, pero este año está puesto para Don Guillermo Lira, sí señor! Él se ha ido este agosto (luna lunar del desafío, justo en mi kin, mago galáctico) y me ha dejado muchos muchos crucigramas por resolver y muchas cosas claras y celebrables. Por eso este día de muertos cobra también más sentido, porque recordamos, recordamos. Quien sabe si en realidad ellos regresan y se antojan de todo lo que les servimos, si las luces que encendemos les anuncian el camino, quien sabe si de verdad es como nos lo cuentan, lo que sí es totalmente cierto es que los vivos, los humanos somnolientos recordamos, nos conectamos con esa parte que amamos, con el cuarto y el séptimo chakra que nos permiten sentir y recordar, y saber que somos parte de algo más grande que nosotros mismos. Poner un altar para mi abuelo me hace sentir no sólo que está junto a mí tomándose su whisky con un hielo, sino que mi corazón va a explotar porque he comprendido que la energía fundamental para el ser humano es el amor!
Los invito a sentir y recordar, ya que cada quien cree en lo que necesita creer.
Namaste