Este podría ser el Mantra para esta nueva Onda encantada.
Se ha completado un giro de Tzolkin y ahora comienza uno nuevo, siempre con la Onda encantada del Dragón rojo. Transitamos 260 días que recién terminan para iniciar otros, un eterno andar, sin prisas y sin pausas, un ritmo constante, totalmente adecuado a los latidos del planeta y el cosmos. He ahí la magia de este sistema de tiempo: su cualidad de alinearnos con esos ritmos elevados y a la vez naturales de la vida en todas sus escalas. Entonces cada vuelta de 260 días, vivida día a día en consciencia, se convierte en una constante sesión de ajuste de nuestra frecuencia individual a frecuencias superiores. Esto se traduce en la realidad que acostumbramos, en sincronías, sueños que se van haciendo realidad, relaciones amorosas, heridas sanándose, etc. Nos volvemos -ya somos-, diminutos fractales -o clones- del gran patrón universal, de la divinidad expresada en la vida. Me suena como un atractivo plan.
Este nuevo giro viene con potencia para que sucedan grandes transformaciones, estamos en tiempos de Escorpio, la luna nueva en este signo será en el día 4 de la OE, la cual eclipsará al Sol ese mismo día. Además, Mercurio está retrógrado, y seguimos en la luna autoexistente, el mes en el que definimos nuestro año en su totalidad. Y por sí fuera poco, días de brujas y de muertos. Venga Dragón! Traduciéndo, un tanto Mercurio al ser el mensajero, nos trae información del pasado, por eso hablo de recordar sin dolor, pues es como idealmente deberíamos relacionarnos con el pasado, de manera indolora. Quizá a partir de este eclipse, podamos hacerlo. El pasado es una gran base de datos a la que se puede recurrir cuando algo se necesita. ¿Se imaginan ir a buscar información a un archivo físico y cada vez que se emprende esa acción, algo duela? Qué lata! Sin embargo algo así sucede a veces cuando accedemos a nuestro pasado.
El Dragón es el sello que representa el útero, la gran madre, el paso oscuro antes de nacer. Cada año, en este ir de octubre a noviembre esos pasos oscuros se hacen muy presentes. Las líneas que separan dimensiones se diluyen, aquello a lo que llamamos muerte, nos visita para recordarnos (otra vez el recuerdo) que todo cambia, que la realidad es más que únicamente lo que perciben nuestros sentidos, que podemos transformar esa realidad individual porque tenemos la capacidad de hacerlo, y que no debemos tener miedo. Este es un excelente momento para reconocer nuestros miedos y dejarlos ir, los más que se puedan. Estos momentos oscuros, sincronizados sin luna en el cielo, nos permiten otra perspectiva. Entrar en el útero sagrado de la creación y permitirnos volver a nacer sin pasado doloroso y sin miedo. Tan sólo esto, lo reconozco, puede ya dar miedo. Ese también hay que arrancarlo de raíz. De raíz podemos quitar muchas cosas para tener nueva tierra para sembrar lo que sí queremos, lo que sí necesitamos. Pero el miedo no nos deja ver, así que es un buen comienzo. El Dragón nos dice que el amor de la Diosa Madre está siempre presente y disponible para ir a asomarse a esos rincones que tememos, que el abrazo de la energía femenina divina siempre estará para reconfortarnos y, en caso de necesitarlo, consolarnos.
-There are no boundaries in the empty sky. Miten & Deva Premal-
Ahí queremos llegar, a sentirnos en el cielo mismo, para eso hay que atravesar Xibalbá, los bajos mundos oscuros. Que el inicio de Tzolkin suceda en sincronía con estos días en los que por un momento hasta el Sol se oscurecerá, me hace sentir que ya hay tanta luz pero estamos tan acostumbrados a la penumbra, que necesitamos meternos bien en ella, en la oscuridad verdadera no sólo en nuestros procesos de pensamiento densos o en emociones bajas, sino reconocer las tinieblas tal cual son, porque al hacerlo sin miedo, enfrentarte sin miedo a todo lo que la penumbra significa, sólo puede conducirte a abrirte a la luz cuando esta llegue, y siempre está ahí! Así que nuestros días podrán ser más luminosos cuando nos quitamos el velo o los velos del miedo. El Dragón sostiene este proceso, nos lleva a convertirnos en Caminantes del cielo, en creadores de nuestro propio paraíso.
Otro aspecto de este inicio, es la nutrición. Es tiempo ya de discriminar aquello que nos hace bien, de lo que no. Desde la comida hasta las relaciones. Hábitos simples y los adquiridos y complicados. La oscuridad nos los va a mostrar y con ello, el proceso para desintoxicar cuerpo, mente y personalidad. Es un llamado más del alma para que nos dejemos conducir por ella y no por el ego. Quizá necesites dormir mucho, comer menos, dejar de ver gente, establecer contacto con alguien del pasado, pasar tiempo en la naturaleza, decir algunas cosas a algunas personas, tomar baños de temazcal o ir al mar, depurar los espacios en los que te mueves diariamente, agradecer porque reconoces lo que sí te nutre e ir hacia ello.
El propósito de esta Onda encantada, atraer la nutrición del Ser (Dragón magnético rojo, 31 oct). Volvernos nuestro propio alimento es vibrar en sintonía con lo que tenemos aquí y ahora, abrazar nuestra oscuridad y renacer desde el amor. Doy nacimiento a mi Ser luminoso y de paz. Es una elección y la tomo ya.
El reto es mantener el contacto con el espíritu y que nuestra expresión y respiración sean nutritivas (Viento lunar blanco, 1 nov). La oscuridad puede invadir y hacernos sentir perdidos, pero si mantenemos la conexión del corazón con la divinidad, o aquello en lo que sea que creas, entonces quitamos el miedo y la atravesamos. No temas expresar lo que sientes, sueñas y necesitas.
Activamos la intuición para servir al propósito de esta OE (Noche eléctrica azul, 2 nov). Sigue la oscuridad, sigue en brazos de la Noche, previo al eclipse este sello nos recuerda retirar los velos para mirar sin miedo y poder escuchar la poderosa voz de la intuición. Hacerlo activará los lazos con nuestros sueños y con la abundancia que nos espera a la vuelta, de hecho, mañana mismo... Reconoce las dos voces: el miedo y la intuición.
Poner atención en como es que queremos que sea la realidad (Semilla autoexistente amarilla, 3 nov). Así de simple. Si sigo dando mi atención al miedo, las carencias, el dolor, etc., eso atraeré a partir de este eclipse. Pero si en cambio abrimos la mirada, dejamos que la existencia nos nutra y el alma se eleve, entonces más de eso tendremos. Observa bien en qué pones tu atención pues eso florecerá.
El poder está en nutrir al cuerpo (Serpiente entonada roja, 4 nov). El cuerpo siempre esta en el presente, y es el mejor traje que tenemos para vivir esta experiencia, así que reconocer su trabajo, agradecer por tenerlo y darle lo que necesita, nutrirá todos los aspectos de nuestra vida. Permitirle desintoxicarse de mala alimentación, malos hábitos y malas relaciones, nos pondrá más sanos de lo que imaginamos. Sigue los instintos que marca tu propio cuerpo.
Todo viene en ciclos y podemos organizarnos de acuerdo a los ciclos naturales y cósmicos (Enlazador de mundos rítmico blanco, 5 nov). La muerte nos muestra más vida, la oscuridad nos invita a encender nuestra propia luz. Cruzar el puente para ir del miedo al amor, es la labor del Enlazador en esta OE. Nos lleva amorosamente a aprender las lecciones y sanar corazones. Todo lo que vive, muere. Después de la muerte, más vida. Nuestros ancestros viven en otras dimensiones, y están ahora más cerca que el resto del año.
Resonar con lo que nos cura y nos inspira, nos sincroniza (Mano resonante azul, 6 nov). Siempre llegan herramientas y personas que nos impulsan a sanar, es lo que el alma atrae. Hay que abrirles la puerta, tenderles la mano, ello nos ayudará a saber cómo nutrir nuestro presente. Asumir el poder que tenemos de crear nuestra realidad y de reparar las heridas.
Integrar a nuestros días una actitud luminosa y elegante (Estrella galáctica amarilla, 7 nov). Iluminar la oscuridad con el propio brillo, ponerle el toque a cada situación, armonizar desde las creencias hasta las acciones. Todo es un ajuste en la actitud.
Imposible estancarse (Luna solar roja, 8 nov). Así cómo los días siguen, así debemos mantenernos fluyendo, moviéndonos. Puedes bajar el paso pero no detenerte y mucho menos retroceder. El Dragón nos sostiene y la Luna nos purifica. Permite la purificación que llega hoy a tu vida.
Manifiesta tu amor (Perro planetario blanco, 9 nov). Dejar que el corazón sea el filtro que perfeccione cada experiencia. Que todo pase por él nos ayudará a sentir más que pensar y así poder abrazar a los demás y todo lo que nos suceda. Además, ser leales a lo que sentimos, sin juzgar, se vuelve nutritivo.
Recordar que todo es un juego nos libera (Mono espectral azul, 10 nov). También nos podemos reír de la oscuridad y de todo aquello que nos da miedo. La risa es un salvavidas. La risa atrae a la magia. Por un momento, pierde la cordura.
Compartir la sabiduría que el paso por la oscuridad nos ha dejado nos nutre en lo particular y a nivel comunidad (Humano cristal amarillo, 11 nov). Toma las influencias que te nutran hoy y deja ir con gratitud aquellas enseñanzas o relaciones que no te dan más. Elige sin miedo.
Nos volvemos exploradores, cazadores de miedos (Caminante del cielo cósmico rojo, 12 nov). Reconocer qué miedos hemos trascendido y celebrarlo. Nos queda esa vigilancia constante a cualquier miedo que quiera instalarse y velar nuestra mirada. Agradecer el espacio sagrado que habitamos hoy.
A navegar de la mano del Dragón!
Buen viaje, buen inicio valientes kines!!
Con amor,
Monique
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